A mi manera de ver hay dos tipos de transeúntes en este mundo, los que van por la vida montados en una escalera mecánica y los que se salen de esa escalera y usan la escalera normal.
Los que usan las escaleras mecánicas son aquellos transeúntes que no disfrutan el viaje, que dejan que las personas, el trabajo y las circunstancias de la vida los lleven a donde sea y como sea, sin poder estos elegir el rumbo y el paso en que quieren vivir la vida, pero ni se mueven por miedo a tropezar y caer, por miedo a que la gente lo miren feo, por miedo a lo desconocido.
Pero están estas otras personas que no les importa eso, personas que quieren tomar el rumbo de sus vidas, ven lo que otros no ven, que ahí justo al lado está la otra escalera, pueden hasta pensarlo una, dos o tres veces por que es difícil el cambio, pero se atreven y contra todo pronóstico saltan el pasamanos y sus vidas cambian totalmente, se encuentran en ese estado de quietud, de tranquilad, sienten una paz y una armonía nunca antes sentida por su espíritus y sus cuerpos porque sienten que nada los empuja más que su propia voluntad.
Se dan cuenta que para vivir mejor era necesario esa cambio de escaleras, que ahí pueden disfrutar cada paso, cada escalón, pueden sentarse cuando estén cansado y sin problemas porque no entorpecerán el camino de nadie, pueden sentarse y pensar de dónde vienen y hacia dónde van, si, hacia dónde va es a donde quieren llegar, preguntas que son esencia de vida y que en las escaleras mecánicas nunca se iban a hacer porque no tenían ese momento para meditar.
Y no tienen ese momento para meditar porque ahí predomina la sociedad materialista donde creen que las personas están compuestas por cuerpo y cuerpo donde el espíritu no vale nada y debido a esto muchos transeúntes se pierden en este estilo de vida. “Cambiar es tu decisión ”
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